APORTAR PARA GEOAPRENDO

Sé parte de la comunidad aportando contenido en sección superior "SUBE CONTENIDO" o apoya económicamente para el mantenimiento del sitio web, gracias a las donaciones podemos seguir difundiendo Ciencias de la Tierra gratuitamente - Donaciones o suscribiéndote a videos educativos en ciencias de la Tierra en https://esponsor.com/jovageology - o al Patreon en https://patreon.com/jovageology

Aprendiendo cada día sobre ciencias de la Tierra

Los Tsunamis de 1819 y 1922 en la Región de Atacama

 Escrito por: Javiera Cifuentes
¿Deseas realizar un aporte de contenido al sitio? https://forms.gle/QCHUbCHNRjv5MEE79

Los Tsunamis de 1819 y 1922 en la Región de Atacama

Históricamente la región de Atacama contabiliza ocho terremotos de gran intensidad y magnitud mayor a 7,5 (Ms). De estos, destacan dos terremotos de escalas mayores a 8 (Ms), los que ocurrieron el 11 de abril de 1819 y el del 10 de Noviembre del 1922 (Cereceda et al., 2011; Cáceres, 2016).

Tsunami 11 de Abril del 1819 en Atacama

Corresponde al primer sismo tsunamigénico registrado durante el siglo XIX. Se caracteriza por haber sido un evento muy particular, ya que las crónicas mencionan tres eventos, los que ocurrieron el 3, 4 y 11 de Abril (Cáceres, 2015). El sismo de excepcional magnitud ocurrido el 11 de Abril a las 23:00 (hora local) en la región de Atacama, destruyó casi completamente la capital regional. Debido a la antigüedad del registro, no fue posible calcular el epicentro ni la magnitud del evento, sin embargo, Comte et al. (2002) y Lomnitz (2004) estiman magnitudes de 8,3 y 8,5 (Ms), respectivamente.
El sismo dio lugar a un tsunami que abarcó alrededor de 800 km de la costa chilena, penetrando rápidamente en algunos lugares más de 600 m sobre la línea de alta mar (Diario de Atacama, 2007). Afectó a las ciudades de Caldera y Huasco, en la primera, las olas alcanzaron alturas de 4 metros causando daños considerables, relatos indican que los habitantes fueron a la orilla a cavar para sacar los lingotes de cobre que habrían sido arrastrados por las olas. El evento tsunamigénico afectó otras regiones del país como la región del Bío-bío; en Concepción las olas avanzaron por el río Bio-Bio. Las corrientes de flujo y reflujo rompieron las líneas de anclaje de la goleta “La Fortuna” (NOAA, 2005).
En Hawái, se observaron nueve oscilaciones del nivel del mar, comenzando con un reflujo y ocurriendo a intervalos de 10 a 11 minutos. El nivel del mar se elevó a 2 metros, pero no dejó víctimas. Se cree que en la isla de Mangareva, perteneciente al Archipiélago de las Gambier, también se registraron variaciones en el nivel del mar debido al evento (NOAA, 2005).

 Tsunami 10 de Noviembre del 1922 en Atacama

El terremoto de 1922, considerado en el registro histórico del Servicio de Sismología de la Universidad de Chile como el tercero de mayor intensidad ocurrido en Chile, fue percibido con violencia en todo el Norte de Chile (Diario de Atacama, 2007). El sismo ocurrió cerca de las 23:53 horas afectando principalmente la región de Atacama y Coquimbo, su magnitud fue de 8,5 (Ms) y el epicentro no pudo ser medido, debido a que el sismógrafo de la Estación Sismológica del Liceo de Hombres de Copiapó se volcó por acción del movimiento, mientras que en el Observatorio de Santiago el instrumento no contaba con amortiguadores por lo que la agujas al saltar, arrugaron y rasgaron los papeles (Bobillier, 1926; Cáceres, 2016). Por esa razón, varios autores han tratado de calcular el epicentro más probable en base a datos recopilados a través de estaciones sismológicas alrededor del mundo; Sieberg y Gutenberg (1923) ubica el epicentro a 46 km al norte de la localidad de El Tránsito, Willis (1929) sitúa el epicentro a 88 km al SE de Vallenar, y Beck et al. (1998) lo posiciona a 79 km al este de Vallenar.
Luego del sismo de gran intensidad, después de unos 20 a 30 minutos, un extenso tsunami cuyas alteraciones del mar abarcó desde el sur de Perú hasta Chiloé, afectó al país dejando graves daños en los principales puertos de la región de Atacama y Coquimbo. El tren de olas cruzó el Océano Pacífico llegando a las costas de Japón, Australia y Hawái. En esta última, las olas arribaron el 11 de Noviembre a las 19:20 horas chilena y alcanzaron una altura de 2,1 m dejando grandes daños y una persona muerta (Bobillier, 1926; Okal, 2010; Cáceres, 2016). En Chile varias localidades a lo largo del país fueron afectadas. Al norte de la región de Atacama, Taltal y Antofagasta sufrieron daños por las salidas del mar, como pérdidas de embarcaciones menores. En ciudades al sur de la región, como Papudo, Constitución y Concepción, igualmente fueron afectadas por las olas del tsunami entre las 2:00 y 4:00, dañando y arrastrando grandes embarcaciones hasta 8 cuadras tierra adentro. Sin embargo, fueron las ciudades de Chañaral, Huasco y Caldera, de la Región de Atacama, las que el tsunami golpeó inmediatamente y resultaron ser las más dañadas (Cáceres, 2016).
Bobillier (1926) señala que hubo tres salidas del mar y por consiguiente tres reflujos. Estos movimientos principales de las aguas del mar fueron seguidos por otros flujos y reflujos más pequeños, los que no causaron daño y fueron haciéndose cada vez menores terminando como a las 5:30  horas del día 11. La primera onda ascendente se efectuó sin violencia, 15 minutos después un segundo flujo provocó el ascenso de las agua a una altura aproximada de 3 metros. El descenso de las aguas que siguió este segundo flujo fue el movimiento más violento, ya que el mar descendió de manera precipitada llegando a un nivel de -5.8 m. Luego de este descenso, se produjo una tercera onda con mayor altura y mayor velocidad, llegando a alcanzar 5,50 m de altura en Chañaral, Caldera y Huasco.
En Chañaral, pocos minutos después del terremoto, a las 1:15 horas, el mar efectuó una salida lenta y de poca altura. Esta fue seguida por dos salidas posteriores, pero fue la última la más destructora, que se habría dado lugar a las 1:25 horas. El tsunami fue muy destructivo, alcanzando una altura de alrededor de 3 metros, lo que es reflejado por mediciones que se realizaron en edificaciones cercanas a la línea de costa. Las aguas inundaron cerca de 200 metros tierra adentro, invadiendo toda la parte baja de la ciudad, lugar donde se ubicaba el comercio de la ciudad, quedando destruida la calle comercial “Merino Jarpa”. Además,quedaron totalmente en ruinas diversas construcciones como los edificios de la Estación del Ferrocarril, Maestranza, Escuela n°3, la fundición de la Cia. Francesa, el teatro, hoteles, etc. Cifras oficiales mencionan 60.000 m2 destruídos, los que incluyen 51 propiedades comerciales y 71 casas (Bobillier, 1926; Monroy, 2004; Cáceres, 2016; Figura 1A).
A pesar de la cercanía de Caldera a Copiapó, las edificicaciones no sufrieron daños asociados al movimiento sísmico, pero si por el tsunami posterior. Según el Gobernador marítimo de ese entonces, la primera salida del mar fué a las 00:10 horas, en seguida el mar salió varias veces sin producir gran perjuicio, pero a las 03:00 horas del día 11 de noviembre se dió lugar al flujo que causó la mayor destrucción. El avance del flujo llegó a 20 m del edificio del correo inundando los edificios del resguardo, aduana, estación, maestranza de los ferrocarriles, etc. En la estacion de ferrocarriles el agua llegó a una altura de 2,4 m sobre el piso, por lo que se calculó que la onda alcanzó a una altura aproximada de 5,5 m s.n.m. Algo que llamó la atención de los testigos oculares de este evento fue que durante los reflujos de las aguas quedó al descubierto el casco del “Blanco Encalada”, que se encontraba a 25 m bajo el agua, por lo que se calcula que el mar llegó a retirarse aproximadamente unos 160 m (Bobillier, 1926; Cáceres, 2016).
 

Figura 1. A) Vista parcial de la ciudad de Chañaral después del siniestro (Miranda, 1923); B) Daños provocados por efecto del tsunami en los rieles del tren que llegaba a las instalaciones de la fundición Smelting Copper Co. en la ciudad de Caldera (Cáceres, 2016); C) Aspecto del muelle de Huasco despues de la catastrofe (Miranda, 1923); D) Carros volcados por acción del tsunami en la Estación de Huasco (Miranda, 1923).

Las consecuencias del siniestro en el puerto fueron la destrucción de las bodegas del ferrocarril y andén de pasajeros, la remoción de algunos carros de los rieles de este, incluso un tren de siete carros fue trasladado alrededor de 500 m desde su posición original, la garita de resguardo fue removida quedando a 10 m de su posición original, múltiples embarcaciones menores fueron arrastradas hacia la playa quedando varadas y destruidas (Figura 1B). Con respecto a los habitantes de la ciudad, ninguna persona resultó dañada por el evento, esto debido a que la población de manera inmediata se puso bajo resguardo huyendo hacia las partes mas altas de los alrededores (Cáceres, 2016).
En Huasco, los estragos estuvieron asociados principalmente al efecto del tsunami. Las zonas más afectadas por este evento fue la parte baja del puerto, comprendida entre la población, antes de llegar a la planta de la ciudad, y la playa, además el mar ingresó por la desembocadura del río Huasco 1,5 km valle arriba (Bobillier, 1926). La principal consecuencia fue la destrucción de diversas edificaciones que se ubicaban en la zona inundada, como los muelles de distintas compañías, la aduana, bodegas, la antigua Estación de ferrocarril, su maestranza y su muelle, también quedaron en ruinas algunas construcciones de los pescadores de la zona y algunas embarcaciones fueron arrastradas varias cuadras tierra adentro (Bobillier, 1926; Cáceres, 2016). Un testigo ocular del evento indicó “aclarando el día, pudimos ver que el mar había salido más de un kilómetro y medio por la parte baja del valle, arrastrando lanchas, botes, cuanta carga había en la playa y destruyendo muelles y bodegas y haciendo desaparecer la línea del ferrocarril a lo largo de este recorrido” (Cáceres, 2016; Figura 1C y 1D).
Tanto en Chañaral, como en Caldera y Huasco, la enorme destrucción material fue debida a la flotabilidad de las construcciones de madera y a los choques de unas con otras, también a las presiones ejercida por el agua a las paredes de los edificios por la diferencia de nivel del mar, y finalmente, durante la retirada del mar que provocaba que los muros cedieran por la presión que el agua ejercia desde dentro hacia afuera (Bobillier, 1926).

 Bibliografía

Beck, S., Barrientos, S., Kausel, E., & Reyes, M. (1998). Source characteristics of historic earthquakes along the central Chile subduction zone. Journal of South American Earth Sciences, 115-129.
Bobillier, C. (1926). Terremoto de Atacama año 1922. Boletín del Servicio Sismológico de Chile 16, 1-44.
Cáceres Munizaga, M. (2015). Antecedentes geológicos e históricos de los grandes terremotos registrados en la Región de Atacama: 1819 y 1922. Boletín del Museo Regional de Atacama, 7-21.
Cáceres Munizaga, M. (2016). El terremoto que destruyó Atacama. Copiapó: Ediciones OnDemand.
Cereceda, P., Errázuriz, A. M., & Lagos, M. (2011). Terremotos y tsunamis en Chile: para conocer y prevenir. Santiago: Origo Ediciones.
Comte, D., Hassler, H., Dorbath, L., Pardo, M., Monfret, T., Lavenu, A., Pontoise, B., & Hello, Y. (2002). Seismicity ans stress distribution in the Copiapó, northern Chile subduction zone using combined on-and off-shore seismic observations. Physics of the Earth and Planetary Interiors, 197-217.
Diario de Atacama. (30 de abril de 2007). La desconocida historia de los tsunamis en Caldera. El Diario de Atacama.
Lomnitz, C. (2004). Major earthquakes of Chile: A historical survey, 1535– 1960. Seismol. Res. Lett., 368–378.
Miranda, G. (1923). Álbum gráfico del terremoto del norte. Santiago: Imprenta Universitaria.
Monroy, O. (2004). Terremoto y maremoto en el norte de Chile. Copiapó: Imprenta Tamarugal.
NOAA. (16 de 10 de 2005). National Oceanic and Atmospheric Administration. Recuperado el 14 de Julio de 2017, de National Oceanic and Atmospheric Administration: https://www.ngdc.noaa.gov/nndc/struts/results?eq_0=1638&t=101650&s=13&d=22,26,13,12&nd=display
Okal, E. (2010). Tsunamigenic Earthquakes: Past and Present Milestones. Pure and Applied Geophysics, 969–995.
Sieberg, A., & Gutenberg, B. (1924). Das erdbeden in der chilenischen Provinz Atacama am 10. November 1922. Veröffentlichungen der Reichsanstalt für Erdbebenforshung un Jena. Jena: Verlag von Gustav Fischer.
Willis, B. (1929). Earthquake conditions in Chile. Studies in Comparative Seismology No. 382. Washington: Carnegie Institution of Washington.

Nota: Este apunte fue extraído del siguiente trabajo:
Cifuentes, J. (2017). Análisis y cartografía de la vulnerabilidad ante el impacto de tsunami de los núcleos urbanos costeros de la Región de Atacama (Tesis de pregrado). Universidad de Atacama, Copiapó.

0 Comentarios